«Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que le pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros». Efesios 3:20
Las hermanas de Lázaro habÃan enviado mensajeros a Jesús, pidiéndole que, por favor, fuese con urgencia a ayudarlas. Lázaro, aquel a quien Jesús amaba, estaba enfermo.
El Señor no fue; demoró más de la cuenta. Cuando finalmente llegó, ya era demasiado tarde: Lázaro no solo habÃa muerto, sino también su cuerpo habÃa entrado en estado de descomposición.
El lamento de Marta fue desgarrador:
–Señor, si hubieses venido, mi hermano no habrÃa muerto.
¿Se habÃa equivocado Jesús? ¿Le salieron mal los cálculos? ¿Por qué no atendió inmediatamente el pedido de dos hermanas angustiadas?
Lo que siguió a continuación confi rma la promesa del versÃculo de hoy: Jesús resucitó a Lázaro.
Marta y MarÃa habÃan pedido solo una curación; Jesús, aparentemente, no atendió su pedido. Él tenÃa dispuesto algo más grande: una resurrección.
Cuando las cosas no salen como quisieras que saliesen; cuando Dios, en apariencia, tarda en responderte, no desesperes. La promesa es que él hará cosas más grandes que las que le pediste.
Dios es poderoso. ¡No te atrevas a dudar de su poder!
Todo puede estar perdido, desde el punto de vista humano. Pero no para Dios. Él es poderoso. Abrió el Mar Rojo; hizo caer maná del cielo; cerró las fauces de los leones; derrotó a un gigante solo con una pequeña honda y dos piedrecitas.
Ese Dios no duerme, ni dormita, en las páginas de la Biblia.
Esas historias no son ingenuas invenciones de la mente humana, para lograr que los niños duerman. Sucedieron con seres humanos semejantes a ti; y pueden ser también una realidad en tu experiencia si, con fe, te apoderas de esas promesas.
Por eso, no temas. Si miras por la ventana y observas a miles de “soldados” armados hasta los dientes, dispuestos a destruir tu vida, confÃa en Dios.
En el nombre de Jesucristo, enfrenta tus temores. Tal vez, ellos sean tus peores enemigos.
Pero, también serán vencidos si, antes de salir a encarar las luchas que te esperan, recuerdas que a tu lado está “Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que le pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”.
Tomado de: «Plenitud en Cristo»
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Alejandro Bullón - 15 de Marzo