El apóstol dice: “Confesad pues vuestros pecados los unos a los otros, y orad los unos por los otros, para que seáis sanados”. Santiago 5:16
Confesad vuestros pecados a Dios, el único que puede perdonarlos, y vuestras faltas unos a otros. Si has dado motivo de ofensa a tu amigo o vecino, debes reconocer tu falta, y es su deber perdonarte con buena voluntad.
Debes entonces buscar el perdón de Dios, porque el hermano a quien ofendiste pertenece a Dios, y al perjudicarle pecaste contra su Creador y Redentor.
El caso es presentado al único y verdadero Mediador, nuestro gran Sumo Sacerdote, que “ha sido tentado en todo punto, así como nosotros, mas sin pecado,” quien puede “compadecerse de nuestras flaquezas”, (Hebreos 4: 15), y es poderoso para limpiarnos de toda mancha de pecado. El camino a Cristo: Capítulo - Para obtener paz interior
Tomado de: «Misionero Virtual»
2 de Noviembre, 2021
