La humildad es necesaria para ser justos y tú y yo necesitamos ser justos como seres humanos. No es posible hacer feliz a alguien sin humildad.
Solo es posible ser humildes si nos dejamos conducir por Dios. Al fin de cuentas, cuando Jesús estaba en este mundo, dijo: “Aprended de mí, porque soy manso y humilde de corazón”.
¿Hay heridas que tú abriste? ¿Corazones tristes que lastimaste?
Aprende de Jesús todos los días y recuerda que él_ “encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera”. Salmo 25:9
Tomado de: «Misionero Virtual»
8 de Noviembre, 2021
